Sintiéndome inspirado y desanimado al mismo tiempo.
Estoy impresionada por la resiliencia y la compasión de la gente de Florida, Georgia, Tennessee y las Carolinas. A pesar de la devastación y el peligro, los vecinos se están uniendo para apoyarse mutuamente de maneras increíbles. Es un poderoso recordatorio de lo mejor de la humanidad.
Al mismo tiempo, me horroriza la respuesta del gobierno. En lugar de facilitar la ayuda, están poniendo barreras y dificultando que la gente se ayude entre sí. Es inaceptable y pone de relieve lo desconectados que están de las necesidades de la gente a la que se supone que deben ayudar.
Pero lo cierto es que los fracasos del gobierno no detienen a nadie. La gente se está levantando, organizándose y cuidando unos a otros, sin importar los obstáculos que se le presenten. Es un testimonio de la fuerza y la generosidad del espíritu estadounidense.
Está claro que es hora de un cambio. Es hora de un nuevo liderazgo que realmente apoye a la gente, no que la obstaculice. Es hora de un gobierno que refleje la compasión, la resiliencia y la unidad que estamos viendo sobre el terreno en las Carolinas y Florida.
Sigamos defendiéndonos unos a otros, pase lo que pase. Sigamos demostrando al mundo lo que significa ser una comunidad. Y sigamos exigiendo más a nuestros líderes.
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