En mi viaje espiritual descubrí que mi signo astrológico ascendente era Capricornio, la cabra marina, un símbolo de navegación tanto en el reino material como en el espiritual. Al mirar atrás, me doy cuenta de que pasé mis 20 años persiguiendo el éxito material, mientras que mis 30 los dediqué a la exploración espiritual. No creo que esto fuera una coincidencia. A través de un estudio intenso y una autorreflexión, comencé a ver patrones y a obtener conocimientos profundos. Aprendí que la verdadera realización no proviene de la validación externa, sino de alinear las propias acciones con el propósito y la energía de su alma. Mi viaje me ha equipado con una combinación única de perspicacia empresarial práctica y sabiduría espiritual. Como contador público, ahora estoy comprometida a ayudar a otros a integrar su crecimiento espiritual con sus decisiones financieras. Creo que al hacerlo, podemos crear una relación más equilibrada y significativa con el dinero y cultivar la verdadera prosperidad. Si está listo para navegar por su viaje financiero con mayor propósito e intención, estoy aquí para guiarlo.